Una persona que sale de su casa
desaliñada -sea hombre o mujer- no está bien. Hay que dedicar un tiempo
diariamente al arreglo personal, pero, sin exageraciones. Cuando la persona no
se acepta como vino al mundo y trata por todos los medios de cambiar el color
de la piel o de cambiar su cuerpo natural por medio de cirugías, exceso de
maquillajes, dietas engañosas o fórmulas ¨mágicas¨ vistas en internet, las consecuencias
serán negativas.
Primero debe entender que la
belleza más importante es la del ¨ser interior¨. Cuando una persona comienza a
practicar la Fe Cristiana y los valores morales, tales como la solidaridad, la
bondad, honestidad, unidad familiar, responsabilidad, puntualidad y a trabajar
día a día o mantenerse ocupada en algo constructivo, tenga la seguridad de que empezará a ver la
vida de otra manera, a valorar todo lo que tiene y a aceptarse como es. Limpiar
y purificar la parte espiritual, convierte a la persona en un ser más
satisfecho con su realidad y menos superficial.
La vanidad impulsa a las personas
a buscar dinero de forma fácil, a comprar lo más caro para presumir, buscan
siempre lo mejor para ellos sin importarles con los demás; son mezquinos,
egocéntricos y no escuchan ningún consejo que vaya en contra de su fantasía.
Por lo general, esta gente no
busca la verdadera superación; más bien pretenden alcanzar los éxitos de manera
fácil y sin esfuerzo. No le dan valor a los principios morales ni cristianos, y
son capaces de avasallar a los demás en beneficio de sus intereses. Cuando
consiguen un empleo ya sea sencillo o como profesionales, jamás piensa en
trabajar duro, ser puntuales, responsables y eficientes; sino más bien,
observan cualquier oportunidad que haya para obtener todo fácil como hace la
gente que engaña a otros; la diferencia aquí es que ellos mismos se están
engañado, en otras palabras, marchan por un camino que los conducirá a un final
negativo y a una vejez de frustración e infelicidad.
El mejor consejo: ¨Aprenda a
aceptarse como es en realidad, sea considerado con los demás, ame a su familia,
trabaje duro y dedíquele un tiempo a Dios¨.
Por: Eric Aragón
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